lunes, 13 de abril de 2009

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE

No hay modo de representar la realidad;desde el momento en que se observa, se modifica.
Quizá sólo podemos participar de su Idea.
Viva Platón.


10 comentarios:

Beíta dijo...

Vaya, qué filosófico todo.
jeje

Pues voy al norte de Chile, salgo hoy por la noche. Otro país más de ese precioso continente; me encantaría recorrerme América. Es una idea perfecta :)

Un besooooo

Anónimo dijo...

Propongo otra palabra para la lista de inadmisibles:

ajñldkurakaian

De nada.

anais dijo...

Amparo,

¿Cómo he podido estar dos meses sin escribirte?

En cualquier caso, dos meses son dos gotas. ¿No dicen los lamas que el tiempo no existe?

Te ofrezco este ahora eterno.

Gracias. De corazón. Por pisar en la arena de mi orilla y dejarme tus "escribe algo, Ana..." Cariño. Tu cariño. Hace unas horas paseé por tus entradas antiguas. El poema en versículos "Tendría que haber guardado una de aquellas fotos...", que colgaste en febrero, me ha encantado. Para mí sería un honor transcribirlo en mi página, con un enlace a la tuya. Pero si no consideras apropiado que lo publique, me avisas con confianza y lo retiro.

Dices verdad, y eso llega. A mí me ha llegado y, por esta razón, me apetece enseñarlo y meditarlo [tu texto]. Eso es lo que hacemos, ¿no? Hablar en nuestras respectivas páginas de las lecturas y los paisajes personales que nos emocionan.

Ya me cuentas :)

Abrazoabril

anais dijo...

No son las 17:00 horas. Creo. :)))

rubén dijo...

Tremenda, la historia de la foto. La canción... no iba a hacerlo todo bien ¿no?

Amparo dijo...

Claude: uf
Ana: madre mía, que lujo lo que dices. La hora es la de las islas Galápagos.
Rubén, tremenda y maravillosa.

Amparo dijo...

otra vez Ana: colorada estoy: gracias!!!

Anónimo dijo...

Hoy he leído y visto con detenimiento tu post.

Hace un millón de años, vi en los Alphaville una milagrosa película que, entre otras cosas, me cambió en dos horas mi visión del cine. No exagero si digo que desde aquél día se me arrimó la belleza y me manchó con lamparones que llegan hasta hoy.

Mi padre y Antonio López son del mismo pueblo y tienen la misma edad. Siempre supe que se parecía físicamente pero lo que me fascinó, aterró y liberó al ver el filme fue comprobar cómo también compartía con el esa manchega y terca adustez, esa definitiva e inquebrantable frialdad y aquélla serenidad junto a concretos y cercanos gestos y movimientos.

No la he vuelto a ver dede entonces y, al oír ahora a López cantar con ese pudor, con esa falsa naturalidad, me he vuelto a emocionar.

Gracias por el regalo Amparo.

leo dijo...

Nunca tendremos claro cómo son las cosas en realidad. Me gusta pensar que para eso tenemos la imaginación.
Me ha gustado mucho el video: vi esa película y no la recordaba.

Amparo dijo...

Leo: eso mismo.
Clau: vaya, del mismo pueblo, no sabía... Y esa conciencia densa de que el arte es simplemente estar trabajando...a veces para nada, para reconocer que no es posible y alejarse. Vale, la voy a ver otra vez, oyes.