Estuve en
EL Corral de Alcalá viendo y oyendo a
Francisco J Martínez Morán y a
Amalia Bautistaentre humo y sombras.
Un fotógrafo acompañó la lectura de ambos
con el irritante chasquido de su chupa de cuero (o similar) y el clik de su cámara,
así que nos perdimos algunas palabras, quizá esenciales, de los primeros poemas.
(lo que equivale a borrar ciudades en un mapa)El resto fue estupendo, aunque muy corto, y no supimos si había llegado el final o no,
como siempre ocurre en la vida:
que las historias buenas tienen un fin impreciso.
Como regalo, un poema de
Tras la puerta tapiada, que leí sin detenerme y luego estuvo recorriendo mis circuitos reverberantes durante largas horas, cada vez con un sentido distinto:
ANILLOS
SE TRATA de un detalle imperceptible:
los viudos siempre llevan dos alianzas.
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