martes, 6 de diciembre de 2011

Melancolía, la película.



Seguidamente, el japonés Hayakawa presentó un nuevo modelo de vivienda, concebido y elaborado en su país: Se trataba de un edificio de ochocientas plantas, con una maternidad, casa cuna, escuelas, tiendas, museos parque zoológio, teatro, cine y crematorio. El proyecto asignaba los locales subterráneos para las cenizas de los muertos, la televisión de cuatro canales, una sala para emborracharse y una clínica para la curación de los alcohólicos, otra sala parecida a un gimnasio para el ejercicio sexual colectivo (lo cual reflejaba las ideas progresistas de los autores del proyecto) y unas catacumbas destinadas a los grupos subculturales. Era ciertamente nueva la idea de que cada familia, diariamente, se mudara de piso, para lo cual el traslado habría de efectuarse según el movimiento del peón o del caballo en el ajedrez. Esto se hacía para evitar toda clase de hastío o de frustración; en cualquier caso, dicho edificio, de un volumen total de diecisiete kilómetros cúbicos, con sus cimientos en el fondo del océano y cuya superestructura subía hasta la estratosfera, tenía prevista, asimismo, su propia computadora matrimonial, una especie de casamentera electrónica basada en el sadomasoquismo (pues las parejas formadas por un sádico y una masoquista, o al revés, son, estadísticamente las más duraderas, por cuanto cada miembro suele encontrar en esa unión lo que ansía). El edificio estaba dotado, asimismo, de un centro de terapia contra el suicidio.
Stanislaw Lem: Congreso de futurología.

(Melancolía: me gustó la película, muchísimo la música, bastante los actores aunque su director me parece un bocazas)

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Un bocazas, un rarito, un grillao, un enteraíllo, un listo pero que es capaz de rodar los 10 minutos de cine más bello de los últimos lustros.

¿Por qué nos pone tan difícil el venerarlo como merece el chorra este?

Claude

Amparo dijo...

Sí, qué lástima.
Me encantan esas escenas impresionistas, pinceladas absolutamente significativas.
En fin.

Anaís dijo...

Un texto que no tiene desperdicio. Me llama la atención que las familias diariamente tendrían que efectuar una mudanza, con los ajedrecísticos movimientos del peón o del caballo, por la razón de "evitar toda clase de hastío o de frustración". ¿Te imaginas? ¿Imaginas tener que cambiarnos de casa con esa frecuencia? También es muy llamativo el programa matrimonial con el firme objetivo de formar parejas sadomasoquistas, así como la existencia de ese "centro de terapia contra el suicidio".

Una sociedad del futuro muy peculiar.

Stanislaw Lem, Ray Bradbury e Isaac Asimov: los tres vértices de la literatura de ciencia ficción. De Bradbury me gustaron sus "Crónicas Marcianas", novela cuajada de bellísimas imágenes. De Asimov detesté "Yo, robot" por ser lectura obligada en la época de estudiante.

¿Realmente todo el mundo está viendo en este momento "el clásico" R.Madrid-Barça? ¿Es para tanto? ¿O es el opio de siempre?

Abrazos de sábado noche.

Anónimo dijo...

Yo no, veía la última y maravillosa de Mike Leigh

Rarito Lacombe

Amparo dijo...

Sí, es el opio de siempre, pero parece que el pueblo lo quiere. Yo leía el prólogo a las mil y una noches, aunque escuchaba llorar a través de las paredes.
Saludos domingueros.

rubén dijo...

Yo no sé qué estaba haciendo porque no sé cuándo fué. ¿Hubo alguna vez algún Madrid-Barça? Es más: ¿Qué quiere decir Barça? Madrid me suena.

Amparo dijo...

Jeje: ¿Habrá posibilidad real de escapar, Rubén?

samsa777 dijo...

Lem es fabuloso, me encanta. El "Congreso" lo tengo pendiente, pero "Ciberíada" y "Solaris" merecen mucho la pena.

A mí me ha gustado mucho la película también: Tristán e Isolda es un buen cañamazo, ¿verdad? Y yo sé de uno que enloqueció con las escenas planetarias.

Claude, ¿te refieres a Another year? ¡¡¡Tengo unas ganas enormes de verla!!!

Abrazos para todos.

Hernán Díaz de Leyre dijo...

Estimada Amparo:

Estoy totalmente de acuerdo con su valoración de "Melancolía" (aunque no tanto con la que hace de Lem, que me gusta algo menos que a usted y los comentaristas anteriores). Eso sí: me pregunto qué habría hecho Lars von Trier sin la herencia del proyecto visual del "2001" de Kubrick. Y eso por no hablar de "El árbol de la vida", que me resultó sencillamente imposible de digerir, y que no poco tiene (y quiere tener) que ver con la obra de arte del maestro de maestros.

Un saludo cordial y Felices Fiestas,
Hernán

Julio Castelló dijo...

Pues yo hace tiempo que prefiero no perder el tiempo (para lograr un instante de placer y cien de furor) con las veleidades pseudofiloloquesean del dogmático enfant (ya no tanto) terrible (cada día más).
Y creo que el susonodicho se encontraría a sus anchas en el edificio de Lem, donde echo de menos un habitáculo donde bien morir, probablemente enfrente del centro terapéutico contra el suicidio.
Dicho lo cual, feliz año, Amparo.