viernes, 20 de septiembre de 2013

Esta era una casa llena de poetas, cada uno a su aire, recitando en la escalera, en la cocina, en el balcón, en el sótano. Uno a uno se fueron muriendo y al final quedó el más débil, cuyo escondite se desconocía. La casa se derrumbó por completo y aún se le escuchaba cantar debajo de las piedras, como un grillo en verano, a pesar de la nieve y del olvido.


Sólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte...

Sólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte,
la memoria que borra y desfigura
y la sombra de la muerte que aguarda.
Sólo fantasmales recuerdos y la nada
se reparten tu herencia sin destino.
Después de sucios tratos y mentiras,
de gestos a destiempo y de palabras
-irreales palabras ilusorias-,
sólo un testamento de ceniza
que el viento mueve, esparce y desordena.


Juan Luis Panero




4 comentarios:

grande dijo...

GranDES
QuÉ



FAmiLia




Por CierTo, qu3 EstreNo BLOG


GranD3


Anónimo dijo...

Y por supuesto, recomendar el imprescindible "El desencanto"

Amparo dijo...

Grandísimo: ya te sigo.
Claudio: claro. La volví a ver hace poco en la dos y fue como si la viera por primera vez. De otra manera. Qué cruda.

Anaís dijo...

Arte poética

La larga, lenta lengua de la muerte
ha lamido la mano del que escribe,
lucidez o locura, nadie sabe:
sólo quedan palabras, palabras deshaciéndose.

Juan Luis Panero