(El cielo ayer, antes de anochecer, en Las Inviernas. Ya se atisban algunas estrellas entre las incombustibles nubes)
No ven el mismo amanecer el que trasnocha y el que madruga.
Ni están en el mismo día ni pueden hablar de ello; se cruzan dos tiempos distintos. Hasta que uno rinde su deuda al sueño, pierde parte de su vida y se somete.
7 comentarios:
Qué hermosura (también la foto).
Coincido con samsa: Qué bella tu reflexión y qué bella imagen; el cielo parece un campo arado.
Me encanta el texto, Amparo. El cierre es tan contundente como ese cielo. Después de esa variabilidad de lecturas, lo sí o sí de ese cierre de párpados me resulta genial en su certeza. ¡Bravo!
Cielo aborregado, que le dicen.
A mi siempre me pareción tan poético como descriptivo eso de Las Inviernas.
PD: Te dejo la nueva dirección de un blog que llevaré en paralelo al de Luz Caroba: http://clothobobardi.wordpress.com/ ¡¡BesOs!!
graNd3
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