domingo, 28 de junio de 2015

He leído en estos últimos meses algo de literatura húngara. Solo conocía  (poco) algunos libros de Kertész y Sándor Márai. Ha sido un feliz descubrimiento la escritora Magda Szabó. Su libro "La puerta" es magnífico, me ha dejado una sensación de complejo tesoro encontrado, así que volveré a ella próximamente. También leí "El niño" de János Háy, de aire existencialista, prosa agobiante (lo de siempre, falta de puntuación, verborrea  imparable, historias que desbordan el vaso-novela), que tiene como atractivo la extraordinaria capacidad de incluir mil vidas en una sola vida, enlazar cual comentarios de "cotilla de escalera" el pasado y el futuro de mil personajes, convirtiéndolos en reales, cercanos, absolutamente verosímiles, a pesar de que todos ellos desembocan, con demasiada frecuencia, en finales tristes y sin esperanza. Y el olor a vino que se desprende por doquier. Doquier, menuda palabra. 
Voy a seguir con esta inspección de escritores húngaros durante los próximos meses, además de profundizar en Szabó, especialmente en su poesía. Espero hacer más descubrimientos.

Budapest, mayo 2015, Fachada del Szimpla Kert

Y aquí dejo una porción de otra puerta, la de Louise Gluck en "El iris salvaje", cuya floreada lectura me ocupa los días:

Quería quedarme como estaba, quieta
como jamás el mundo se está quieto,
no en mitad del verano, sino en el instante
previo al nacer de la flor, el instante
en que nada es pasado todavía:

no en mitad del verano, en la tardía
pero intoxicante primavera, con el césped
no muy crecido al borde del jardín, con los primeros
tulipanes empezando a abrirse:

como un niño que ronda la puerta y vigila a los otros,
a los que van primero, un amasijo
tenso de piernas y brazos, pendiente
del fracaso ajeno, de las debilidades públicas,

lunes, 11 de mayo de 2015

FiSahara

Fotos de Inés Espinosa en el FISAHARA
:




domingo, 19 de abril de 2015

del agua

Daimiel, abril 2015: nido, agua, somormujos, familia de gansos, taravilla.







Mientras conmigo voy

Luminosa mañana. Nada teme al olvido.
Yo celebro con ella la fiesta de las calles.
Poco más tengo cierto en esta vida breve
que comenzó otro día de hace ya muchos años.
Me preguntas si creo, si busco otras verdades.
Aquí estoy viendo el mundo. Camino sin respuestas,
a la buena de Dios, que no es tan mala cosa.
Dionisia García, Fuente Álamo (Albacete), 1929

sábado, 21 de marzo de 2015

Así pasa la gloria del mundo

Rosa congelada
21 marzo, día internacional de la poesía.

domingo, 8 de marzo de 2015

Tirar un puñado de tierra al agua y que flote sólo lo que tenga que salvarse.

Poetas confesionales: ¿Los hay que no lo sean?
La vida de algunos supera a su obra. O bien, su obra no es más que una mala copia de su vida.
Gente que cansa, que te contagia su mal.
Huir de los excesos. 
No sé por qué imaginé a esos monos que lanzan al agua un puñado de arena y esperan que lo malo se hunda y las semillas floten. 
Iba a elegir un poema suyo, pero no quiero escribir ninguno aquí.
Prefiero en este caso cualquier otro.
Por ejemplo, este de Menchu Gutiérrez:

¿CÓMO PEDIR...?
¿Cómo pedir
sin herirlas, 
trinos a las palomas?

Esta fotografía es del lugar donde nací. Me hace gracia que sea un sanatorio, como si hubiera que empezar la vida curándose.




jueves, 5 de febrero de 2015

POESÍA EN EL CORRAL

Recibo de la primavera:


PROGRAMA DE MANO
Corral de Comedias
Alcalá de Henares
febrero/marzo/abril

domingo, 18 de enero de 2015

El hombre difícil


Considero a Mark Twain uno de los mejores escritores de todos los tiempos. Tuve la suerte de estar leyendo, justo al acabar el año, "La decadencia en el arte de mentir", un libro que recopila distintos relatos sobre la ironía de la honestidad y la moral. Altamente recomendable. Disfruté muchísimo con "El hombre que corrompió Hadleyburg", cuya lectura propongo a cualquiera que quiera pensar que estos asuntos de la corrupción y la malversación solo afectan a los demás y que, el que es honrado, es honrado. Debería ser un libro de cabecera para los políticos, de casta o de coyuntura. Deberíamos leerlo todos para que ellos supieran que lo sabemos, lo sabemos. 
Hace unos días leí la noticia de la profanación de la tumba de Twain. Los ladrones se llevaron una placa de bronce con su efigie. Estoy convencida de que él hubiera escrito algo al respecto. Algo sorprendente. Imagino a un fan del autor, con esa efigie puesta en el salón de su casa, orgulloso, haciendo creer a las visitas que es un honorable antepasado. 

jueves, 25 de diciembre de 2014

azul


Uno nunca sabe qué ciudad será importante
cuando llega por primera vez
y no observa diferencia alguna.
Al cabo del tiempo, las ciudades son las piezas con las que montamos nuestra estructura y nos definimos.
(No solo las ciudades vividas, también las ciudades ausentes, las soñadas, las que vivieron otros y las que nos contaron. Las que ya están, para siempre, perdidas)


Albarracín, junio 2014

lunes, 8 de diciembre de 2014

Dos pensamientos fugaces de hoy mismo, tempranito:

¿Qué vamos a hacer cuando las cárceles estén llenas?

Variaciones sobre El traje nuevo del emperador:
Al desfile de Victoria Secret le faltan los ojos de un niño que diga que lo de la tarima son simples mujeres en ropa interior incómoda, de la que pica, de la que pesa, de la que araña.

http://youtu.be/6BKyW6ao4u4


domingo, 30 de noviembre de 2014

Ya invisible

EL FINAL

Mientras zarpa la nave y observa el muelle
ningún hombre conoce la canción que cantará al final
ni lo que pasará cuando esté atrapado, inmóvil, entre los rugidos
del océano sin posibilidad o esperanza de retorno, allá al final.


Cuando no haya más tiempo para podar las rosas
o acariciar el gato, y el crepúsculo que enciende el césped
y la luna llena que lo refresca no existan,
ningún hombre sabrá cómo reemplazarlos.



Cuando el peso del pasado se apoye en la nada
y el firmamento sea apenas una luz en el recuerdo
y las historias de cirrus y cúmulus lleguen a su término
y las aves permanezcan suspendidas en su vuelo,
ningún hombre sabe lo que le espera, o la canción que cantará
cuando la nave donde viaja entre a lo oscuro, allá al final.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Foto: pizarras con vida de la sierra de Ayllón, 1 de noviembre 2014


Algunas piedras
se vuelven transparentes
con el sol, casi
transparentes. A veces,
al caminar,
me siento y las miro.
Algunas almacenan luz,
pulidas y cerradas,
como si fueran vivas. Las cojo,
están llenas de tierra
por debajo, tienen un tacto
áspero y fresco.

OLVIDO GARCÍA VALDÉS: ella, los pájaros