sábado, 29 de abril de 2017

GEOLODÍA 17

INFORMACIÓN SOBRE EL RECORRIDO, AQUÍ
GEOLOFINDE

Examinemos a un hombre en el suelo
Comprobemos la transformación de un hombre por tierra
Su naturaleza tan diferente de la lava, su manera mineral
De dormir.
Lo que más interesa es ver su lugar cuando rueda para entender el eje
Que lo mueve en el mundo
O cómo puede su posición orientar a las aves y a los astros.

Fragmento de "Hombres que son como lugares mal situados", de Daniel Faria.

jueves, 13 de abril de 2017

martes, 4 de abril de 2017

SERIE

Apurando el color hasta las entrañas.
(Fotos tomadas hoy con el móvil)




El final nunca está escrito.

domingo, 2 de abril de 2017

sábado, 18 de marzo de 2017

4O ANIVERSARIO CINECLUB ALCARREÑO

Hoy se celebra el 40 aniversario del Cineclub Alcarreño, que nos ha llevado durante tanto tiempo por el sueño de lo imposible, película a película.
Felicidades y ahí seguiremos.
Reportaje de Cultura enGuada AQUÍ
Porcile, de PP Pasolini, fue la primera película proyectada por el cineclub, el 18 de marzo de 1977.

sábado, 25 de febrero de 2017

domingo, 1 de enero de 2017

miércoles, 16 de noviembre de 2016

ERRENTERIA FILM

XXI FESTIVAL DE CORTOS de ERRENTERIA:
http://film.errenteria.eus/
Mejor corto joven: El canto de la reina
Directora: Inés Espinosa LÓPEZ








¡Enhorabuena a todos los premiados!

viernes, 11 de noviembre de 2016

42

No hay nadie
a quien enseñar estos poemas.
No llaméis a un amigo para ser testigo
de lo que tenéis que hacer solos.
Estas son mis cenizas.
No pretendo ahorraros ningún trabajo
quedandome callado.
Todavía no sois tan fuertes como yo.
Me creéis,
pero yo no os creo.
Esto es la guerra.
Estáis aquí para ser destruidos.

Leonard Cohen, La energía de los esclavos



domingo, 6 de noviembre de 2016

FRAGMENTO

de ANTÍFONA DEL OTOÑO en el VALLE DEL BIERZO,
Juan Carlos Mestre

LO QUE SÉ DE MÍ

Yo he nacido aquí junto a las altas lilas del verano
y los verdes racimos amargos de la aurora.

Yo he nacido entre las rosas que han muerto
y el mustio follaje de los jardines de un sueño.

En las transparentes alamedas que canta el ruiseñor
y abre el rocío con su cuchillo de cristal en la mañana.

Como la hoja que cae sobre un sepulcro
yo he pisado al nacer esta piedra y su luz me ha salpicado...

sábado, 10 de septiembre de 2016

TORTURA: El anuncio.

Sí, lo he visto.
La estrategia publicitaria debe de partir de un barrido sobre las preocupaciones de sus posibles compradores. Ahora está en marcha la guerra sobre los deberes, terrible palabra que se ha convertido en sinónimo de tortura. Y ellos la han aprovechado. Dicen que hay que salvar las cenas y luchar contra los deberes. Todo con ese aire modernetis, irreal y falso, de familias jóvenes, guapas, con casas amplísimas, cuajadas de detalles muy originales que hay que desear. Nos ponemos de vuestro lado, dicen: Os apoyamos. 
La verdadera tortura no está en los deberes, en abrir un libro de Ciencias Naturales o resolver por sí mismo un problema de matemáticas; en permitir que un niño tenga tiempo para darle a su cabeza, conseguir que se esfuerce un poco en hacer un buen ejercicio de escritura, curiosee y descubra entre sus libros cosas que hasta ahora no sabía. Ni siquiera en memorizar (oh!) un poema. La verdadera tortura es que el tiempo libre se dedique a ir (con los niños, toda la familia happy, por supuesto) de compras a almacenes abarrotados de cosas estúpidas e inútiles que, de repente, nos hacen sentir como necesarias e imprescindibles. Tomar bolsas enormes para llenarlas de artilugios que nos estorbarán durante meses (hasta tirarlos y cambiarlos por otros igual de inconvenientes). Adquirir sin parar objetos ridículos para tapar las grietas de nuestra vida, que necesitaría otro tipo de reparación. Volver a casa de mala leche después de seis horas encerrados en un gran almacén (Oh, qué bien lo han pasado los niños haciendo lo que les ha dado la gana) y dedicar el día siguiente a montar ese mamotreto extraño en medio del salón de la casa (donde apenas nos cabe), con un mal genio que podría llevarnos a declarar una guerra interna, si no fuera porque, al final, se deja (a medias) para otro día mientras, sí, cenamos todos juntos algo congelado y rápido.
Así que nos hemos convertido en revolucionarios contra la escuela, el trabajo personal, la mesa y la silla, para ser compradores persuadidos de que hay una felicidad en el hecho de abastecernos de objetos (juntos, sí, en familia, sí). Así que hay marcas que nos comprenden, que saben lo horrible que es perder el tiempo de las tardes sobre el escritorio de los niños y nos proponen una alternativa magnífica. 
Qué difícil es no seguir la corriente. Pararse a pensar y descubrir que nos engañan y, encima, nos llaman estúpidos. Nos deslumbran con ese juego de imágenes rápidas de gente guapa hasta dejarnos ciegos. Y consideran a la escuela como centro de tortura. ¡Ellos!
Yo quiero hacer deberes. Los justos, los necesarios. No quiero ir de compras absurdas ni dedicar el tiempo a montar muebles improductivos. Quiero hacer ejercicios de redacción en una mesa normal y corriente; tener espacio en mi casa. Sin estorbos. 
Comprender dónde está la trampa.
Más filosofía y menos manipulación.